Resumen de un cumpleaños

Tengo veintidós años, ya uso lentes de abuelita, y hoy no entiendo la oración compuesta por dos palabras: Feliz cumpleaños.
Mis cumpleaños no han sido ni los más divertidos, ni los más festejados.
Al comienzo, me consumía la ansiedad esperando el día. Luego tras preguntas como ¿qué quieres hacer hoy? todo se venía abajo porque mi indecisión siempre ha sido más grande que yo y consideraba que mi respuesta no había sido la adecuada, siempre pude dar una respuesta mejor.
Deje de dejarme la responsabilidad a mi y opté porque más bien fueran otros quienes me sorprendieran, no divulgué la fecha de mi cumpleaños y espere que otros lo celebraran. No funcionó.
Sólo una vez celebré mi cumpleaños en la escuela y ese mismo día antes de que llegaran con el pastel, la maestra nos reunió y dijo que renunciaría por conflictos con la rectora.
No sé celebrar mi cumpleaños y tampoco decido aún cuál sería la mejor forma de hacerlo,
la ventaja es que aún quedan más cumpleaños para averiguarlo.
Hoy agradezco los saludos y sólo espero que aparezca un pedazo de pastel de chocolate como el que Tronchatoro obliga a comer al amigo de Matilda en frente de toda la escuela.
Ese es mi deseo de cumpleaños