Mi reloj es el personaje extraordinario de la semana

Miércoles por la tarde en "la galería" de Manizales.

-Para aquellos que nos leen en la distancia;  "la galería" en Manizales es la plaza de mercado, el lugar para comprar y vender, este lugar que está  rodeado de mitos y leyendas-.

Y para no hacer la historia muy larga y entrar de una vez en materia, entre los callejones de la galeria me compré un reloj, uno de 5000 pesos colombianos, (25 pesos mexicanos). La sorpresa de todos cuando les contaba la historia y afirmaba que el precio incluía la pila. El reloj funcionaba.

Mi reloj es el personaje extraordinario de la semana y aquí es donde ahondaremos en el tema:

La idea de contar el tiempo con números me resulta terrible, así que comprar un reloj es la antítesis de mi postura. Pregunté la hora y lo cuadré según la respuesta, tenía un reloj para contar el tiempo de la forma más despreciable que conozco sólo para decirle lo mucho que me molestan sus formas de pasar.

Pero el reloj ha sido benigno conmigo, se detiene cuando quiere y vuelve a correr cuando lo considera necesario. Ahora marca la hora de otro meridiano, él hace lo que le place, sólo cuadre la hora una vez y de ahí en adelante cuenta mi tiempo a su manera, el tiempo siempre hace eso conmigo: se mueve a su antojo.
Son las 11:13 pm en los relojes de este meridiano, mientras mi reloj marca las 10: 10 pm.

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