El mundo de los patriarcas

Qué triste y qué doloroso es el mundo de los patriarcas.
Ese que destruye todo lo que aborrece,
lo que le causa incomodidad, que va en contra de sus ideales.

Qué necesarias son las rebeldes,
las que gritan y lo sacuden.
Las que se juntan para sanar el dolor,
para construir lugares donde la diferencia es bienvenida,
lugares en los cuales sentirnos seguras.

No queremos más el mundo de ellos,
en el que han instaurado cómo vivir,
sin pensar en las consecuencias de sus mandatos.
Que lastiman nuestro ser, nuestros cuerpos,
cuando levantan sus muros para defender aquello que es indefendible.

Queremos el mundo de nuestras hermanas: libres,
queremos las calles,
nuestras casas sin temor,
queremos justicia,
pero no la de ellos porque es claro que no la conocen.

Queremos la palabra,
Queremos la voz,
El fuego cálido que da pie a la esperanza,
Nos queremos juntas,
Nos queremos vivas.