Así inició el vaivén.
Con los vientos de agosto
que sacaron a bailar
algunas cortinas lejos de sus ventanas.
Mientras otros,
ante el primer soplido,
corrieron a guardar
la ropa recién lavada.
Inició con un grupo de niños,
que después de varios vuelos,
intentaron rescatar la cometa atorada
en el poste de luz.
Y al mismo tiempo,
en la esquina opuesta,
un abuelo y su nieto
emprendieron su primer vuelo.
Alguien corrió,
se guardaron las cortinas,
la cometa se rompió,
los niños se rindieron.
Se acabó la tarde
y los vientos dejaron de soplar.
Con los vientos de agosto
que sacaron a bailar
algunas cortinas lejos de sus ventanas.
Mientras otros,
ante el primer soplido,
corrieron a guardar
la ropa recién lavada.
Inició con un grupo de niños,
que después de varios vuelos,
intentaron rescatar la cometa atorada
en el poste de luz.
Y al mismo tiempo,
en la esquina opuesta,
un abuelo y su nieto
emprendieron su primer vuelo.
Alguien corrió,
se guardaron las cortinas,
la cometa se rompió,
los niños se rindieron.
Se acabó la tarde
y los vientos dejaron de soplar.
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