Neo-nómadas.
Aquí va escrito el informe de una investigación de 20 años:
Neo-nómadas.
Como bien sabemos el antiguo ser humano vivió en constante movimiento, habitaba temporalmente un territorio y, cuando se acababan los recursos que ofrecía el sitio para sobrevivir seguía su camino en busca de un nuevo lugar que los acogiera y cubriera sus necesidades; así hasta que decidió asentarse. Nació la agricultura y después de muchos acontecimientos llegamos a la sociedad actual...
En la sociedad actual -que es de tipo sedentaria- el concepto de nómada no ha desaparecido, simplemente ha sufrido una serie de variaciones. El neo-nómada al igual que su antecesor no tiene un lugar permanente que habitar, pero no suele abandonarlo cuando los recursos que este sitio ofrece se agotan sino cuando el propietario del territorio decide que es la hora de que sus inquilinos partan. El neo-nómada vive en arriendo, así que si no es el dueño quien lo echa, es porque vendieron la casa que estaba en venta aún antes del trasteo o necesita habitar un lugar con mejores condiciones y menor precio. El neo-nómada llama hogar no al lugar que habita sino a las personas que lo acompañan en su travesía.
Pensaríamos entonces que, su maleta ha de ser ligera debido a que tiene que estar en constante movimiento pero, según las observaciones, siempre lleva algo de cada lugar por el que pasó y si apelamos a las matemáticas nos dirán que el número de lugares que habite va a ser directamente proporcional al número de cosas que lleve en la maleta, osea que si aumenta el número de lugares que habitó aumentara también el número de cosas que cargue. Así que, por más que quiera y le convenga que su equipaje sea ligero, este no lo será. La maleta terminara con un poco más de peso que con el que llegó.
La pregunta que nos concierne a continuación es si al neo-nómada le gustaría dejar su vida de movimiento y asentarse, establecerse en un lugar fijo; la respuesta sería no, a pesar de las incomodidades que implica mudarse tan seguido, esto le permite tener múltiples perspectivas del mundo que lo rodea, y la idea de quedarse en el mismo lugar observando el mismo paisaje no llama su atención. No puede ya estar en el mismo lugar, no por periodos de tiempo que pretendan durar "toda la vida".
El neo-nómada lleva en su espalda aquello que le resulta importante, carga sus recuerdos como amuleto, lleva la vida entre los bolsillos, su hogar va con él.
Neo-nómadas.
Como bien sabemos el antiguo ser humano vivió en constante movimiento, habitaba temporalmente un territorio y, cuando se acababan los recursos que ofrecía el sitio para sobrevivir seguía su camino en busca de un nuevo lugar que los acogiera y cubriera sus necesidades; así hasta que decidió asentarse. Nació la agricultura y después de muchos acontecimientos llegamos a la sociedad actual...
En la sociedad actual -que es de tipo sedentaria- el concepto de nómada no ha desaparecido, simplemente ha sufrido una serie de variaciones. El neo-nómada al igual que su antecesor no tiene un lugar permanente que habitar, pero no suele abandonarlo cuando los recursos que este sitio ofrece se agotan sino cuando el propietario del territorio decide que es la hora de que sus inquilinos partan. El neo-nómada vive en arriendo, así que si no es el dueño quien lo echa, es porque vendieron la casa que estaba en venta aún antes del trasteo o necesita habitar un lugar con mejores condiciones y menor precio. El neo-nómada llama hogar no al lugar que habita sino a las personas que lo acompañan en su travesía.
Pensaríamos entonces que, su maleta ha de ser ligera debido a que tiene que estar en constante movimiento pero, según las observaciones, siempre lleva algo de cada lugar por el que pasó y si apelamos a las matemáticas nos dirán que el número de lugares que habite va a ser directamente proporcional al número de cosas que lleve en la maleta, osea que si aumenta el número de lugares que habitó aumentara también el número de cosas que cargue. Así que, por más que quiera y le convenga que su equipaje sea ligero, este no lo será. La maleta terminara con un poco más de peso que con el que llegó.
La pregunta que nos concierne a continuación es si al neo-nómada le gustaría dejar su vida de movimiento y asentarse, establecerse en un lugar fijo; la respuesta sería no, a pesar de las incomodidades que implica mudarse tan seguido, esto le permite tener múltiples perspectivas del mundo que lo rodea, y la idea de quedarse en el mismo lugar observando el mismo paisaje no llama su atención. No puede ya estar en el mismo lugar, no por periodos de tiempo que pretendan durar "toda la vida".
El neo-nómada lleva en su espalda aquello que le resulta importante, carga sus recuerdos como amuleto, lleva la vida entre los bolsillos, su hogar va con él.
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